Como en toda historia de la Literatura, en mi vida también lo primero fue la poesía. Con apenas unos adolescentes 15 años comencé a acumular versos y penas en una agenda que aún mantengo atesorada y nunca fue leída por otros ojos que no sean los míos.
Quizá, esos fueron los años más mágicos, más productivos… Ya de joven vino el deseo por la novela… Pero mis ideas, mi falta de imaginación y mi exceso de realidad dejaron que todas esas páginas sueltas (que también atesoro en esa agenda “mágica”), cayeran en la nada del recuerdo ¿o debería decir del olvido?
Con los años la vida me alejó de mi tierra y de mi pasión. A mismo tiempo que el destino me mostraba otros mundos, las tapas de mis libros (de todos los que habían quedado aquí en BsAs, guardados en la oscuridad de un viejo mueble), se cerraban a mis ojos por un tiempo… 6 años.
De regreso a mi tierra… de vuelta y con las desilusión y la frustración de haber dado todo y no haber podido continuar viviendo “del sueño Español”, me di cuenta de que mi camino se había desviado y, como Dante a la mitad de su vida, me hallé en una selva oscura que duró más de lo esperado, más de lo deseado. Tuve que estar a punto de perder todo (y, de alguna manera lo perdí…), para darme cuenta de que mi caída había llegado a su piso más bajo. Y, cuando se llega al fondo, cuando se siente que ya todo está perdido, que ya nada ni nadie tiene sentido, cuando pasé en el lapso de un mes (un mes hermoso y fatídico para mí) todo el dolor y todo el horror que se puede soportar; dejé pasar el tiempo y me decidí llenarme de valor y atravesar la oscuridad. Ahí todo cambió de sentido.
Decidí volver a casa… volver a mi origen…Y aquí estoy, haciendo una bitácora de un nuevo camino que voy a emprender y que no voy a abandonar. Que no debo abandonar. Sabía que en el fondo alguna vez volvería a mi verdadera pasión que es la Literatura. Sabía que algún día mis libros volverían a abrirse para mí de la misma manera en que lo hacían antes. Sabía, estaba segura de que todo ese camino terminaría en el punto de partida… Volver hacia atrás para tomar empuje.
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