Si la gente supiera lo que cuesta…
Si la gente supiera lo que cuesta seguir adelante en un mundo cada vez más globalizado y más globalizador…
Si la gente supiera lo que es dejar de lado las inseguridades y lanzarse al vacío…
Si la gente supiera lo que es luchar contra un mercado que nos consume a la vez que lo consumimos...
Si la gente supiera lo que es continuar pese a tener todo en contra, pese a la falta de tiempo, pese al poco dinero…
Si la gente supiera que las cosas se hacen con mucho amor, que cada lectura, cada foto, cada palabra, cada post lleva horas y horas de trabajo (lecturas infinitas, montaje, fotos, edición, redacción, publicación y redes) porque no es un simple copiar y pegar, porque no es un simple buscar en la web cosas bonitas para que mi espacio quede bonito…
Si la gente supiera que investigo, que no me quedo con lo común, que leo, que me informo en temas diversos (incluso en programación de redes), para que todo se vea como quiero que así sea…
Si la gente supiera que todo lo que ven en esta páginas es mío porque lo hice YO con mi propio y solitario esfuerzo… Cada cosa… cada palabra.
Si la gente supiera que empiezo a la madrugada (pues a esa hora mi hija está durmiendo, mi esposo en su trabajo y finalmente tengo el silencio y tiempo suficiente para poder hacerlo), cuando aún es de noche en BsAs y que termino muy pero muy tarde por la noche, después de atender a mi familia y a mi casa…
Si la gente supiera que lo que nos apasiona nos arrastra con toda su fuerza y que lo continuamos felices de estar cumpliendo con nuestro deseo…
Si la gente supiera que esto no es queja sino necesidad de decir lo que se siente…
Si la gente supiera…
Ay Cyn...
Lo que nos gusta o nos apasiona nos lleva a quitar horas a otras cosas. Pero es cierto que este mundo cada vez se hace todo más difícil. Hasta escribir y que te lean.
Nos domina la inmediatez y a la mayoría le gustan las cosas rápidas. Pero también me doy cuenta que cada vez, de a poco, hay más personas que vuelven a lo antiguo. A lo lento. A disfrutar de las pequeñas cosas. De leer un libro, de leer un blog y la vida de alguien que puede parecerse a uno mismo. Sin postureos, sin la perfección de las redes. Escribir es algo mágico. No necesita de grandes cosas. Escribes. Y luego alguien entra y lee.