Camino bajo un cielo cada vez más plomizo y gris… El otoño pareciera estar cayendo de lleno sobre las calles…
Los que vivimos en BsAs, los que amamos BsAs sabemos que no hay vestido que le quede mejor, a esta ciudad de Tango y de nostalgia, que el de la humedad y las hojas secas. Fuga y misterio… la mejor forma de definir la vida de un porteño… Fuga por ese eterno querer irse, ese evadirse de la realidad que lo muerde por los cuatro costados, ese querer volver eternamente dónde uno fue y es realmente feliz. Siempre se quiere volver; aquí se vive arrastrando el pasado. Misterio porque el futuro es incierto, porque la vida es incierta. Un día nos despertamos y al salir de entre las sábanas nos damos cuenta de que sólo somos esto: un cuerpo con un rostro que lo precede y con un mundo interior tan complejo que nunca vamos a poder desentrañarlo (y ni hablar de querer desentrañar al prójimo, al que está del otro lado…)
Hago un par de cuadras y entro en las profundas recovas de la Avenida. Atrás quedó la muerte, atrás quedó el Museo y la voz entrecortada de Borges
El silencio hace que la realidad caiga lentamente en ruinas, especulando con el ánimo de una tarde que nació para ser vivida. Cada tanto me detengo a buscar vaya a saber qué, tal vez, el punto exacto que acomode el caos, la felicidad sin puertas cerradas…
Mientras camino sé que busco mi señal como todos los días, ese indicio, esa clave que me indique el camino que debo seguir en esta vida. En una esquina, me detengo y entro en un café italiano "de modo suave y en voz baja". Frente a la taza humeante del café negro abro el libro que ahora me acompaña y, lentamente, me dejo cautivar por las voces de otros tiempos, por una voz de otro tiempo, que se erige frente a mí como una estatua:
"Era la tarde, y la hora
en que el sol la cresta dora
de los Andes. El Desierto
inconmensurable, abierto,
y misterioso a sus pies
se extiende; triste el semblante,
solitario y taciturno
como el mar, cuando un instante
el crepúsculo nocturno,
pone rienda a su altivez…"
Esteban Echeverría compuso estos versos hace casi doscientos años… Cuando BsAs recién estaba empezando a ser BsAs… cuando la vida era otra, cuando la realidad era otra. Poco tiene que ver este texto, con nuestra realidad si lo leemos y buscamos significados literales.
Ya nada es lo que era… sin embargo quiero romper las cronologías, los órdenes establecidos y seguir sus pasos, pisar su huellas en el barro del tiempo.
Me tomo mi tiempo para leer el extenso poema… nada me apura, nada me persigue, sólo las palabras que se levantan como el humo del café que en este momento estoy bebiendo. ¿Cómo seguirá todo esto?
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