Severa es la nostalgia...

Si en algo soy experta es en golpes y caídas, en idas y venidas en las redes… en idas y vueltas y más vueltas disfrazadas de falsos regresos. Llevo meses sin escribir por aquí… meses en los que me ha sucedido de todo pero que, en definitiva, no significa más que la vida misma. Meses en los que lo único que saqué en claro es que realmente estaba muy perdida.

Hace tiempo que busco mi destino. En una época creí haberlo encontrado pero los quiebres de la vida me llevaron para otros rumbos y me confundieron con sus espejismos. Esos mismos quiebres me trajeron de nuevo y desde entonces ando vagando, casi fantasmagóricamente, en busca de esa identidad que perdí al irme.

Creí ser lo que no era; sentí ser lo que no era y eso me confundió aún más. Caí en la vorágine más horrenda y me dejé llevar por los engañosos brillos de una realidad que no me pertenecía. Viví y quise mostrar un mundo en el que era una absoluta extraña, y me convertí en un triste espectro de colores falsos. ¿Cómo aceptar esa verdad? Ya no era la misma persona y nunca podría volver a serlo…

El tiempo no vuelve, esa es una verdad grande como un templo y la experiencia nos transforma, lo que nos hace igual de irrecuperables… ¿Qué hacer entonces? Aceptar no sólo el camino andado sino también el que nos queda por andar y jugar con las cartas que nos quedan.

Y así decidí hacerlo.

Basta ya de fantasmas de colorines, de fantasías de sillón y de absurdas realidades 2.0.

Basta ya de falsas verdades, de realidades engañosas y de esquivar mi destino. Yo soy y siempre seré lo que fui… con otros aires, con otros ropajes y seguramente con más arrugas, pero la esencia se mantuvo intacta.

¿Cómo lo descubrí?

¿Dónde halle esta revelación? En una esquina perdida de mi barrio, bajo el lamento del fuelle de un bandoneón que no dejaba de golpear con sus ecos mi memoria… Con un «Adiós Nonino…» descubrí no sólo que la pasión no estaba muerta sino que estaba simplemente dormida… y era hora de despertarla.

Seguramente si alguien lee estas palabras poco entienda… seguramente no comprenda que simplemente quise hacer una relación sobre los hechos sucedidos en este último tiempo en el que estuve alejada de los libros y la literatura para dedicarme a otras «artes» más amenas. Seguramente deberé explicarle (y, sinceramente no sé cómo hacerlo) que necesito trabajar en esta página, que es casi una necesidad vital el que escriba estas palabras y otras tantas que más tarde vendrán...